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¿Qué es un dolor hipóxico?

El 75% de la aparición de un dolor muscular, articular, tendinoso y ligamentoso no traumático tiene su origen en una víscera. Esto se debe a que existe una relación muy estrecha entre nuestros órganos y nuestro tejido músculo esquelético. Por ejemplo, cuando nuestro hígado no cumple su función detoxificadora, puede producir dolor en el brazo derecho. Esto ocurre porque la información vegetativa del hígado alcanza el nivel medular T4-T7, donde se dan las señales nerviosas del brazo derecho. Por otro lado, cuando el sistema nervioso recibe una señal de estrés, la respuesta inicial que se produce es una vasodilatación para que llegue más sangre y oxígeno a la zona.


Sin embargo, si esa situación se alarga en el caso del hígado, acabará derivando en una vasoconstricción con los siguientes síntomas:

  • Boca pastosa

  • Mala calidad de la piel, cabello y uñas

  • Dolor al tacto en el hombro

  • Fibrosis de los tendones y articulaciones en esta zona

Características del dolor hipóxico

Si el órgano en cuestión presenta una disfunción, el tejido correspondiente sufrirá una menor entrada de oxígeno generando una fibrosis del tejido, dando lugar a la aparición de un dolor hipóxico. Este tipo de dolor, a diferencia del dolor inflamatorio, se caracteriza por:

  • Empeora con el reposo: Cuántos pacientes se quejan en consulta de ese dolor lumbar o en un hombro que les aparece cuando están durmiendo o en la planta de los pies al levantarse por la mañana. Al tejido hipóxico no le sienta bien el reposo porque todavía les llega menos oxígeno

  • Mejora con el movimiento: Esos mismos pacientes te explican que su dolor mejora si se levantan de la cama y mueven esa zona que les duele o, en el caso de las plantas de los pies, cuando ya han caminado por unos minutos. Esto pasa porque el movimiento incrementa la llegada de oxígeno a esa región.

  • No mejora al tomar antiinflamatorios: Justamente porque no es un dolor inflamatorio.

Seguro que todo esto que te estoy explicando te resulta familiar. Ahora espero que entiendas un poco más este tipo de dolor y consideres la influencia de los órganos en las dolencias de los pacientes.

  • Estómago (pesadez, dificultad para digerir, acidez…) – extremidad superior izquierda.

  • Hígado (boca pastosa, debilidad pelo y uñas…) – extremidad superior derecha.

  • Sistema digestivo parte alta (hinchazón, gases…) – región cervical y región lumbar.

  • Sistema digestivo parte baja (estreñimiento, diarrea…) – región lumbo-sacra, cara lateral de los muslos y rodillas.

  • Órganos sexuales (síntomas menstruales y premenstruales…) – región lumbo-sacra, caderas y región interna de las rodillas.

  • Riñones (dolor de cabeza, rampas musculares…) – gemelos, tendones de aquiles y fascia plantar.

Por eso, ante un dolor hipóxico hay que identificar el órgano que lo está causando, para adoptar una adecuada alimentación, hidratación y rehabilitación.


¿Cómo mejorar el dolor?

El tratamiento para mejorar el dolor hipóxico se basa en tres pilares:

1. Revisa en la anamnesis que realizas a tu paciente qué tal está el órgano relacionado de la zona donde presenta su dolor. Si efectivamente hay una disfunción, convendría que le pudieras ofrecer algunas recomendaciones para que lo mejorara. Aquí te propongo unas recomendaciones prácticamente protocolarias que irán encaminadas a mejorar su hidratación y su alimentación.

  • Hidratación: Pedirle que beba agua mineralizada, evitando agua de mineralización débil y osmosis ya que tienen una baja presencia de minerales; y que reduzca o elimine bebidas azucaradas, alcohol y café.

  • Alimentación: Plantearle que coma fruta, verdura, tubérculos, carne, pescado, marisco, huevos, aceite de oliva y frutos secos. Pedirle que evite bollería, alimentos procesados y harinas.

2. Tus sesiones de terapia manual serán más efectivas después de que tu paciente lleve 15 días con estos cambios en su hidratación y en su alimentación. Esto significa que tu paciente tendrá un tejido más oxigenado que hará que no sufra tanto cuando le trabajes la zona con terapia manual y que su mejoría se alargue cada vez más en el tiempo.

3. Después de que le incrementes la entrada de oxígeno en el tejido mejorando la función del órgano y de que se lo flexibilices con terapia manual, puedes incorporar ejercicio activo excéntrico. Debes de enseñarle ejercicios activos que le permitan reforzar el tejido lesionado. La acción excéntrica se describe en la literatura científica como la más eficiente para mejorar tejido con fibrosis.


Si tenemos un dolor muscular o articular que no se soluciona, debemos revisar nuestros órganos.


Para cualquier sugerencia no dude en consultarnos, en FISIOONE, estaremos encantados de atenderle.

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