¿Latigazo cervical o síndrome de estrés postraumático?
Tanto un latigazo cervical como un síndrome de estrés postraumático presentan un patrón similar. Además, el principal síntoma de ambos es la contractura cervical. Esta se manifiesta en los músculos estabilizadores y movilizadores del cuello y presenta los siguientes síntomas:
Dolor
Limitación de movilidad
Hipertono muscular
Síntomas neurológicos asociados como cefaleas, vértigo o acúfenos

¿Qué es el latigazo cervical?
El latigazo cervical suele aparecer después de una colisión en un accidente de tráfico. El conductor no puede anticipar el choque y recibe un golpe lateral o posterior. Este genera unas fuerzas descontroladas en el cuello, causandole una inclinación brusca y descontrolada. La musculatura cervical se contrae para proteger la zona como consecuencia de dichas fuerzas descontroladas. Y es que el agente traumático físico de alta intensidad puede haber dañado o puesto en peligro tejidos corporales como:
Ligamentos cervicales
Sinovial
Disco intervertebral
Raíz nerviosa
Entre otros
También es habitual que se produzcan desbalances articulares. Estos son causados por las fuerzas descontroladas que han convergido en las pequeñas articulaciones de la columna vertebral cervical.
Tratamientos para el latigazo cervical
Antes de realizar cualquier tratamiento, es importante un buen diagnóstico del especialista. Y es que, si hay tejido dañado -como el ligamento o el disco-, el cuerpo necesita la estabilidad que le otorga el músculo en contracción para proteger la zona.
Diferencia entre latigazo cervical y estrés postraumático
En el latigazo cervical “mecánico”, el paciente nota los síntomas al poco tiempo desde el día de la lesión. A medida que avanzan las semanas se encuentra progresivamente mejor. Si no es así, puede ser que exista un desbalance articular importante. En este caso, lo deberá tratar un fisioterapeuta para poder notar mejoría.
Por otro lado, en un síndrome de estrés postraumático por un accidente de tráfico, la evolución de los síntomas es notablemente diferente. El paciente explica que el mismo día del accidente no tuvo dolor y que apareció 2 o 3 días después del trauma. A medida que avanzan las semanas, el paciente no experimenta mejoras. Los síntomas incluso pueden persistir desde meses hasta años.
El tratamiento de terapia manual no ofrece mejorías a estos pacientes. De hecho, es habitual que lleguen a nuestra consulta pacientes que han hecho multitud de sesiones de tratamiento en la zona cervical y no consiguen mejorar.
En el síndrome de estrés postraumático, el mecanismo lesional no es en una inclinación brusca y descontrolada del cuello. De hecho, cuando se le pregunta al paciente sobre el momento del accidente, refiere que pudo anticipar la colisión y eso le permitió contraer los músculos con fuerza. De este modo, protegió la biomecánica y tejidos de su columna cervical. Algunos pacientes, incluso, explican como ni siquiera se llegó a producir el choque.
Siguiendo con el síndrome de estrés postraumático, no es suficiente con analizar la lesión solo desde un punto de vista biomecánico. Entender el cuerpo humano como organismo psiconeuroinmunológico será clave. A cada experiencia física de nuestro cuerpo la acompaña una vivencia emocional. Así, cuando preguntamos al paciente sobre los detalles emocionales del accidente de tráfico, habitualmente aparecen emociones almacenadas o bloqueadas.
Para mejorar los síntomas cervicales de esta afección, el tratamiento pasa por ayudar a liberar la memoria emocional tisular bloqueada. Es decir, deberá expresar el miedo que pasó, incluso llorando si es necesario. El ser humano es mucho más que aquello que podemos ver y tocar.
“Ríe cuando puedas, llora cuando lo necesites”.
Para cualquier sugerencia no dude en consultarnos, en FISIOONE, estaremos encantados de atenderle.