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Inflamación

La inflamación es un proceso natural que ayuda a que nuestro cuerpo se cure y se defienda de un daño potencial (infecciones, enfermedades o heridas) sin embargo si esta inflamación dura por mucho tiempo puede llevar a diferentes problemas de salud. De hecho, la inflamación es el principal signo de enfermedad autoinmune.

Como parte de la respuesta inflamatoria nuestro cuerpo incrementa la producción de glóbulos blancos y citoquinas para ayudar a luchar contra la infección para ir a atacar la parte dañada o infectada.

Sin embargo los excesos de todo son malos, y en este caso aunque la inflamación esta diseñada en nuestro cuerpo para curarnos, el exceso de la misma puede enfermarnos.


La inflamación se clasifica en dos tipos:

  1. Inflamación aguda: normalmente de corta duración, menor a 15 días. Presenta cambios vasculares, alteración del flujo y calibre vascular. Aparece rápidamente. Este tipo ayuda a que el cuerpo recupere su estado previo a la enfermedad o herida. Incrementa la actividad metabólica y cambia el pH baja. Algunos signos comunes son : calor, enrojecimiento, dolor e hinchazón.

  2. Inflamación crónica: una forma mas lenta y menos severa de inflamación que normalmente dura más de 6 semanas. Puede ocurrir a partir de una herida o enfermedad, o puede no hacerlo. Se le relaciona con las enfermedades autoinmunes, el estrés prolongado, el sobre peso y la obesidad. Algunos síntomas son: dolor corporal, insomnio, fatiga, depresión, ansiedad, estreñimiento, diarrea, distención abdominal, síntomas de colon irritable, aumento de peso, picazón de piel, y micción frecuente. Con el tiempo, este tipo de inflamación puede dañar nuestros órganos y tejidos. Con la inflamación crónica el cuerpo esta en alerta máxima todo el tiempo, hay una inflamación activa, destrucción celular por un intento fallido de curación.


Algunas formas de medir la inflamación es por medio de los siguientes marcadores sanguíneos: proteína C reactiva (PCR), homocisteína, factor de necrosis tumoral alfa (TNFa) y la interleucina 6 (IL-6). La mejor prueba para confirmar la inflamación crónica es por medio de la electroforesis de proteínas en suero (SPE), esta mide determinadas proteínas en la parte líquida de la sangre, muy pocas o muchas de estas proteínas pueden indicar inflamación y marcadores para otras condiciones, sin embargo el marcador más frecuentemente utilizado para detectar inflamación es PCR.


La etiología de la inflamación puede ser de origen infeccioso o no infeccioso:

Infeccioso: bacterias, virus u otro tipo de microrganismo

No infecciosos

Física: quemadura, piquete, herida, trauma, radiación.

Química: glucosa, ácidos grasos, toxinas, alcohol, irritantes químicos (nickel, fluoruro u otros elementos.

Biológica: células con ADN dañado

Psicológicas: estrés


La inflamación crónica puede resultar de:

1.-Falla en la eliminación de algún agente que causa inflamación aguda como los organismos infecciosos.

2.- Exposición leve a un irritante en particular o material que no puede ser eliminado por actividad enzimática o fagocitosis, como químicos industriales, materiales de obra etc.

3.-Una enfermedad autoinmune en la que el cuerpo reconoce a un componente natural del cuerpo como si fuera un componente extraño y lo ataca… como artritis reumatoide o lupus.

4.-Un defecto en las células que modulan la inflamación, como los enfermedades autoinmunes.

5.- Episodios recurrentes de inflamación aguda.

6.- Los inductores inflamatorios y bioquímicos están causando estrés oxidativo y disfunción mitocondrial, como una mayor producción de moléculas de radicales libres, productos finales de glicación avanzada (AGE), cristales de ácido úrico (urato), lipoproteínas oxidadas, homocisteína y otros.


La fisioterapia es la terapia indicada junto con una alimentación complementaria , dependiendo del caso. El tratamiento farmacológico puede ser medicamento antiinflamatorio no esteroideo o esteroideo, también es común que la inflamación se trate con suplementos como : Omega 3, probióticos Acido alfa lipoico, cúrcuma, té verde, capsaicina, magnesio, resveratrol, chlorella.


Nuestra alimentación puede tener un efecto positivo o negativo cuando tratamos de manejar la inflamación crónica, especialmente su impacto en la microbiota.

Debemos incluir todos los alimentos con propiedades antiinflamatorias como : aceite de oliva, tomate, hojas verde, pescado graso, nueces, mora azul, naranja, cereza.

Debemos evitar: carbohidratos refinados, alimentos fritos, exceso de alochol, carnes rojas, carnes procesadas, grasas trans, jarabe de maíz, edulcorantes sin calorías, grasas vegetales.

Estudios sugieren que las personas con la proteína C reactiva elevada suelen llevar una dieta baja en productos frescos, aceites saludables , recordemos que esta es un marcador de inflamación.

Un tipo de alimentación ideal es la dieta mediterranea que esta llena de alimentos frescos, fibra y es muy limitada en alimentos procesados.


De suma importancia es el consumo de probióticos y prebióticos, múltiples aspectos de nuestra salud dependen de moléculas producidas por nuestra microbiota, sin ella simplemente no podemos producirla.

El butirato es producido por los microbios de la fibra dietética que no se digiere en el cuerpo. Tiene diferentes funciones como mantener la integridad de nuestro tracto digestivo, llevar energía a las células de la luz intestinal (que usan butirato como forma principal de energía y no glucosa como otras células), previene el intercambio de desechos moleculares del intestino hacia el resto del cuerpo.


Niveles bajos de butirato o niveles bajos de bacterias que lo producen esta asociado con diferentes enfermedades inflamatorias como Crohn y colítis ulcerativa.


El butirato también ayuda a modular el sistema inmune reduciendo la producción de TNFa e IL-6 mientras promueve la señal antiinflamatoria. Haciendo esto promueve una microbiota saludable, e incluso genera protección contra el cáncer de colon.


Recuerda que la mayoría de las enfermedades empiezan desde el intestino, con problemas de malabsorción, inflamación, intestino permeable, sensibilidades etc….

Mantener el intestino sano es una excelente camino para ir mejorando nuestra salud.


Otros hábitos a mejorar:

  • Dejar de fumar

  • Controlar consumo de alcohol

  • Mantenerse en buen peso

  • Control de estrés

  • Actividad física regular

  • Dormir suficientes horas

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