Hoy vamos a hablar del desgarro muscular o rotura de fibras: Qué es, síntomas, tratamiento y recuperación. Una lesión más habitual de lo que muchos piensan, cuya gravedad depende siempre del tamaño de la misma. Y es que de una micro-rotura a una rotura, pueden ir varias semanas de recuperación de diferencia.

Qué es un desgarro muscular o rotura de fibras
Empecemos por lo más básico: qué es un desgarro muscular o rotura de fibras. Se trata de una lesión habitual en el mundo del deporte, pero que también se puede dar en una actividad no vinculada al deporte. También se conoce como rotura de fibras porque, básicamente, es lo que se rompe en la lesión, las fibras que forman el músculo.
A la hora de determinar qué es un desgarro muscular o rotura de fibras y su gravedad, todo dependerá de la cantidad de fibras rotas. Las opciones son leve, moderado o grave y el tiempo entre una y otra va de los 8 días al mes de recuperación.
Una rotura de fibras o desgarro muscular viene dado por una elongación del músculo o por un esfuerzo que supere la capacidad del mismo. Por tal motivo, son más habituales en las piernas. El motivo es que, en deporte, son las que asumen los cambios más bruscos y movimientos más explosivos. De hecho, sóleo, isquiotibiales, gemelos, aductores y recto anterior del cuádriceps son las zonas más habituales de esta lesión.
Algunas de las causas más habituales de un desgarro muscular o rotura de fibras son:
Falta de calentamiento – Comenzar a hacer ejercicio sin preparar de forma adecuada los músculos, puede derivar en una lesión relevante
Falta de descanso – Si haces deporte estando cansado, tus músculos no están al 100% y corren más riesgo de sufrir lesiones.
Mala suerte – Un resbalón, un golpe, una torcedura o un mal gesto pueden dar con tus fibras rotas y contigo de baja 3 semanas.
Síntomas del desgarro muscular o rotura de fibras
Para saber si estamos lesionados o no, lo más aconsejables es saber cuáles son los síntomas del desgarro muscular o rotura de fibras.
Dolores – En el 100% de los casos, una rotura de fibras va a resultar dolorosa a quien la sufra. Obviamente, a mayor gravedad, mayor dolor. Éste será como un pinchazo constante, no muy intenso pero sí constante y complicado de sobrellevar
Incapacidad para el movimiento – Si te cuesta mover la zona lesionada, o incluso no te responde, es porque hay fibras del músculo afectadas y has perdido cierta movilidad. Se recupera, pero con tiempo y trabajo
Hundimiento – Es habitual que al tocar la zona dolorida, notemos un agujero interno. Lógico. Si ahí debía haber fibras que se han roto, en su lugar no habrá nada.
Zona deformada – Cuando el desgarro muscular es grave, se notará en la deformación que tendrá la zona. Cuando intentemos llevarlo a su posición habitual, será cuando más notemos esa deformación.
Hematoma – El desgarro muscular provoca un sangrado interno que deriva en un aparatoso y escandaloso hematoma. Si el caso es grave, puede tener un tamaño considerable.
Tratamiento para el desagarro muscular o rotura de fibras
Si te lesionas, éste es el tratamiento por el que tu fisioterapeuta puede optar para el desgarro muscular o rotura de fibras
Masaje de evacuación – Es lo más recomendable cuando la lesión está reciente. El objetivo es rebajar el hematoma y sacar la sangre acumulada de la zona, pues dificultará la curación y cicatrización de las fibras. El masaje de evacuación ayuda a que todo vaya más rápido y mejor dirigido.
Masaje de puenteo – Es un masaje que indica a las fibras por dónde ir y dónde llegar. Las fibras que surgen tras la lesión son nuevas y no saben qué hacer o cuál es su misión, por lo que es aconsejable guiarlas hacia su meta: la curación total.
Masaje de descarga – Una vez que el músculo ha empezado a sanar, es recomendable dar este masaje para ayudarle a recuperar el tono.
Recuperación de un desgarro muscular o rotura de fibras
Afrontar la recuperación de un desgarro muscular o rotura de fibras requiere de paciencia y:
Reposo total – Si somos deportistas, el reposo debe ser inmediato, a riesgo de que la gravedad se multiplique. En este caso, lo habitual es un vendaje compresivo, que tenga la zona bien sellada pero que no impida que el músculo pueda moverse y recuperarse.
Frío localizado – El frió en la zona de la lesión ayuda a que ésta se desinflame y, de paso, también reduce el dolor. Son muy aconsejables las bolsas de gel que podemos guardar en frigorífico o congelador. Con aplicarla 15 minutos, tres veces al día en la zona, iría de maravilla. Si usas hielo, vieja escuela, recuerda poner un trapo o una bolsa entre el mismo y tu piel. Podría acabar quemándote de no hacerlo.
Rehabilitación – Si el dolor persiste, es que la lesión no se ha ido. Así de simple. Forzar sólo suele derivar en más tiempo de lesión y recuperación. Para ir probando, se recomienda hacer estiramientos suaves de la zona afectada y ver hasta dónde puede llegar. Una sesión de estiramientos de media hora al día, ayuda a una recuperación que irá mejor aún si aplicas calor local tras esta rehabilitación.
Antiinflamatorios – Si te duele o se inflama la zona, no lo dudes (consulta a tu medico antes de auto recetarte).
Tipos de desgarro muscular
Existen diferentes grados de lesión en cuanto a desgarros musculares, dependiendo de cuánto se hayan visto afectadas las fibras. Así, podemos encontrar:
Desgarros de Grado 1 o desgarros leves, que se producen cuando algunas fibras musculares se han vista afectadas, sin llegar a romperse. En estos casos el tiempos estimado de recuperación suele ir de los 7 a los 10 días.
Desgarros de Grado 2 o desgarros moderados, los cuales se producen cuando se ha producido la rotura de algunas fibras musculares. Es lo que se denomina una rotura parcial de fibras musculares, y su recuperación suelen durar de dos a tres semanas.
Desgarros de Grado 3 o desgarros graves, que se producen cuando se han visto afectadas la mayor parte de fibras musculares. En este caso se hablaría de una rotura total de fibras. En estos casos el tiempo estimado de recuperación se sitúa por encima de las tres semanas.
Estos son los tipos de desgarros musculares más básicos y sus tiempos de recuperación. Aunque siempre hay que tener en cuenta otros factores, como el músculo en el que se ha producido la lesión, o el estado físico de la persona lesionada. Factores como estos puede minimizar o maximizar la gravedad de las lesiones y los tiempos de recuperación.
Diagnóstico del desgarro muscular – Cómo saber si tengo una rotura de fibras o desgarro muscular
En ocasiones podemos tener un dolor muscular o del cual no sabemos muy bien se viene del hueso o del músculo. ¿Cómo sabes si se tiene un desgarro muscular? Pues lo indicado es acudir siempre a un profesional de la salud para que sea él quien evalúe la lesión.
Generalmente el diagnóstico del desgarro muscular se basa en el análisis de los síntomas del paciente y un examen físico, que suele consistir en palpar las zonas afectadas y realizar diversos movimientos en la extremidad para comprobar si el dolor puede ser a causa de un desgarro.
En algunos casos también se puede recomendar la realización de una radiografía o de una resonancia magnética para descartar lesiones óseas o que haya alguna otra zona afectada.
El médico también deberá tener en cuenta otro tipo de síntomas para identificar la enfermedad, como puede ser la aparición de hematomas en el músculo afectado. También, para determinar la gravedad de la lesión el médico tendrá en cuenta la descripción del dolor del paciente y el grado de funcionalidad del músculo. Por ejemplo, si el dolor es similar a haber recibido una pedrada y el músculo está casi totalmente inutilizado, es probable que se tratate una rotura de Grado 2, al menos.
Para cualquier sugerencia no dude en consultarnos, en FISIOONE, estaremos encantados de atenderle.