Hay mucho que saber sobre la enfermedad de Parkinson; por ejemplo, ¿qué es el Parkinson? ¿cómo se diagnostica el Parkinson? y ¿cuáles son las opciones de tratamiento? Hoy en FisioOne te contamos todo sobre el Parkinson.

¿QUÉ ES EL PÁRKINSON?
La enfermedad de Parkinson (EP) es un trastorno neurodegenerativo que afecta al sistema nervioso de manera crónica y progresiva. Es la segunda enfermedad más prevalente en la actualidad después del Alzhéimer y pertenece a los llamados Trastornos del Movimiento.
Se conoce comúnmente como enfermedad de Parkinson en referencia a James Parkinson, el doctor que la describió por primera vez en 1817 en su monografía Un ensayo sobre la parálisis agitante (An essay on the shaking palsy).
La EP se caracteriza por la pérdida (o degeneración) de neuronas en la sustancia negra, una estructura situada en la parte media del cerebro. Esta pérdida provoca una falta de dopamina en el organismo, una sustancia que transmite información necesaria para que realicemos movimientos con normalidad. La falta de dopamina hace que el control del movimiento se vea alterado, dando lugar a los síntomas motores típicos, como el temblor en reposo o la rigidez.
CAUSAS
Actualmente no sé conoce la causa de la EP. Sin embargo, se considera que podría deberse a una combinación de factores genéticos, medioambientales y los derivados del propio envejecimiento del organismo.
SÍNTOMAS
Los síntomas deben incluir la lentitud de movimientos (bradicinesia) y, al menos, uno de los siguientes más:
Temblor en reposo*
Rigidez muscular
Inestabilidad postural
Hipomimia-Hipofonía
Disartria y sialorrea
Dificultades respiratorias
*La falta de temblor en reposo no excluye el diagnóstico ya que puede estar ausente en el 30% de las personas afectadas.
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de la EP es fundamentalmente clínico y se realiza en base a la historia clínica y exploración neurológica de la persona, ya que no existe en la actualidad un marcador bioquímico. Se pueden realizar pruebas complementarias para descartar otros posibles trastornos.

°ENFERMEDAD DE PARKINSON DE INICIO TEMPRANO (EPIT)
La EP puede afectar también a personas menores de 50 años, lo que se denomina enfermedad de Parkinson de inicio temprano (EPIT). Los síntomas motores y no motores van a ser distintos a los de la EP que aparece en otras edades. Las fluctuaciones motoras como las discinesias (movimientos involuntarios) o distonías (contracciones musculares que provocan posturas anormales) pueden aparecer antes en la EPIT, pero su progresión es más lenta. Las alteraciones cognitivas, como los problemas de memoria, son menos comunes y aparecen más tarde.
Quizá una de las mayores diferencias sea el impacto vital que supone el diagnóstico en una persona joven, afectando a sus relaciones familiares, de pareja, su vida profesional y social, así como sus expectativas y planes de futuro. Es importante que la persona y su entorno social cuente con apoyo para llevar a cabo los cambios necesarios para adaptarse a la nueva situación.
°ENFERMEDAD DE PARKINSON AVANZADA (EPA)
Una vez pasados de 5 a 8 años desde el inicio del tratamiento, gran parte de las personas desarrollan complicaciones motoras (fluctuaciones motoras, discinesias) y síntomas no motores (como trastornos del sueño o cognitivos) que no responden adecuadamente a la medicación. Es en esta etapa cuando se habla de enfermedad de Parkinson avanzada (EPA). Estas complicaciones se deben probablemente al avance del proceso degenerativo de la EP. Aunque es muy variable, la mayoría de las personas alcanza esta etapa pasados 10 años de evolución.
En esta etapa el tratamiento farmacológico no tiene el efecto deseado y se van alternando periodos de buen y mal control de los síntomas, el llamado “efecto on-off”. Estos cambios pueden producir fluctuaciones motoras y discinesias. Las fluctuaciones motoras más comunes son:
Deterioro fin de dosis (no dura el tiempo esperado).
Retraso de inicio de dosis (tarda en aparecer).
Fallo de dosis (no controla los síntomas).
Acinesia (incapacidad para iniciar un movimiento).
Las discinesias pueden afectar a cualquier parte del cuerpo y producir cierto dolor. Pueden ser:
De pico de dosis (en el momento de máximo efecto).
Bifásicas (al inicio y al final de la dosis).
En cuanto a los síntomas no motores, como los trastornos del sueño, las alteraciones cognitivas o del estado del ánimo, pueden agravarse.
Todo ello hace que aumente el nivel de dependencia en la persona, con una disminución en su calidad de vida, así como la de sus familiares y de las personas cuidadoras. Es importante observar los cambios que se producen a medida que avanza la enfermedad, así como identificar posibles nuevos síntomas. Llevar un diario o registro puede ser de ayuda. La información recogida facilitará la posterior comunicación con los/as profesionales sanitarios/as.
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO
A día de hoy no se dispone de un tratamiento curativo para la EP. La medicación se centra en reestablecer el contenido de dopamina en el cerebro con el objetivo de mejorar los síntomas y la calidad de vida de la persona. La elección del medicamento depende de factores como la edad, las características clínicas, la gravedad de la EP y los trastornos asociados. En ocasiones se emplea una combinación de fármacos para conseguir un control más eficaz de los síntomas.
TRATAMIENTOS NO FARMACOLÓGICOS
La fisioterapia es fundamental en el manejo global de la EP y ha de ser adaptada a las necesidades de cada persona. Los objetivos se centran en conseguir una mayor autonomía e independencia de la persona, que le permita afrontar las dificultades en la vida diaria derivadas de la EP.
Fisioterapia La fisioterapia tiene como objetivo mejorar la calidad de los movimientos, el control postural, la marcha y la estabilidad; así como reducir la espasticidad, los temblores y la fatiga. Todo ello encaminado a fomentar la autonomía personal.
Logopedia La logopedia lleva a cabo el diagnóstico, la rehabilitación y la prevención de los trastornos de la comunicación tales como las alteraciones de la voz, de la audición, del habla, del lenguaje (oral, escrito, gestual); y de las funciones oro-faciales y deglutorias.
Terapia ocupacional La terapia ocupacional trabaja las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria con el objetivo de mantener la autonomía de la persona y favorecer su participación para conseguir la mayor independencia posible en los diferentes ámbitos de la vida.
Psicología La psicología aborda aspectos emocionales, cognitivos y conductuales con el objetivo de reducir el impacto de los síntomas en la vida diaria. Busca también favorecer la aceptación y adaptación a la nueva situación vital tanto de la persona afectada como de sus familiares y personas cuidadoras.
Para cualquier sugerencia no dude en consultarnos, en FISIOONE, estaremos encantados de atenderle.
¿Quiere más información? Visite nuestro artículo La Fisioterapia y el Parkinson